¡Nos internacionalizamos o nos internacionalizan!
13.07.2009
Es paradójico que esta crisis que es internacional (momento menos favorable para acceder al mercado exterior), ha hecho más por activar a las pymes locales para salir a los mercados internacionales, que cualquier consultor o programa puesto en marcha por las diferentes administraciones. Esto pone de manifiesto que la internacionalización se ha convertido en parte esencial e ineludible de la empresa y por lo tanto, debe formar parte del Cambio.
Ahora bien, aunque ya no encontramos a ningún empresario que diga “no me interesa el mercado exterior”, también es cierto que la inmensa mayoría de las
PYMES no tienen suficientes recursos para abordar esos mercados con una gestión tradicional. Necesitan cambiar, en este caso para hacer frente a tres grandes necesidades:- Introducir la visión internacional en la estrategia
- Conocer los mercados internacionales (con recursos limitados)
- Aprender a aprender a colaborar (no es subcontratar) con otras empresas para abordar esos mercados lejanos y culturalmente ajenos.
Como en tantos otros aspectos del mundo empresarial, los cambios provocados por la aparición de las nuevas tecnologías han originado una evolución meteórica. Hasta hace pocos años, cuando en la empresa hablábamos del mercado exterior nos referíamos a la exportación, como una función operativa y subordinada al departamento comercial.
Actualmente cuando hablamos del mercado exterior lo tenemos que hacer desde la perspectiva más amplia de la internacionalización, siendo el mercado local una parte de ese mercado más global.
Aquí no hay opción o nos internacionalizamos o nos internacionalizan, es decir o salimos fuera o tendremos dificultades crecientes para estar en el mercado local, pues alguien vendrá de fuera que nos desplazará.
El acceso a mercados exteriores, en menos de una década, ha pasado de ser una opción estratégica sólo en manos de grandes empresas a convertirse en una opción obligatoria para todas las empresas.
Desde luego esto supone otra pequeña revolución para el mundo de la PYME, pues necesita desarrollar actitudes fronterizas e incorporar nuevos conocimientos y capacidades,
algunas no aprovechadas como sugerimos con la inmigración. Sin embargo, esos mismos factores que han favorecido la globalización, bien aprovechados, pueden poner al alcance de las Pymes esas capacidades.Si las empresas quieren disponer de esos recursos de forma tradicional (plantillas locales y poco diversas, a tiempo completo y dentro de la empresa, etc.) se pueden encontrar con la realidad de que no están a su alcance.
En definitiva, en un contexto de globalización económica el aprendizaje que, la proyección internacional y el acceso a mercados más exigentes genera, se constituye en un factor fundamental de progreso empresarial y por ello, existe un creciente riesgo de desaparición de las empresas excluidas de los mercados internacionales.
Recientemente soy testigo de los intentos de internacionalización tanto de PYMES como de empresas mayores. Puntos claves se han mencionado como el conocer o adoptar mecanismos que permitan asimilar el nuevo mercado local; un error permanente se ve en tratar de imponer prácticas que en otro escenario no tiene el mismo éxito. Considero que la descentralización con parámetros de control adecuados es clave.
Para minimizar errores es esencial conocer previamente el nuevo mercado donde se quiere introducir un producto y/o servicio. La desesperación y la necesidad no deben impedirnos nunca dar los pasos previos necesarios para tener éxito en ese nuevo mercado