Recuerdo a Julio Pitlick un viejo amigo y excelente y fronterizo formador israelí que el pasado mes de Marzo estuvo en Navarra para hablar de “Aprendiendo de la Crisis Global” y que fue quien me paso la imagen que da título al post.
Por otra parte, a mediados de Mayo se celebró WOKA Euskadi un evento participativo con utilización de numerosas herramientas virtuales junto con actos presenciales que tenía como objetivo generar participación para debatir en torno a la crisis.
No sé aun cuales han sido los resultados de ese experimento participativo, ahora bien, sí quisiera aprovechando ese evento, trasladar algunas ideas a nuestra Comunidad.
Posiblemente si hiciéramos un análisis comparativo entre la estructura empresarial de Euskadi y Valencia, nos encontraríamos con grandes diferencias, pues mientras allí predominan las empresas industriales de una dimensión relativamente grande, aquí, con sobresalientes excepciones prevalecen las de dimensiones más reducidas.
A pesar de ello, no sé si por influencia del Grupo Cooperativo Mondragón, la cultura de la cooperación, está no solamente presente, sino que forma parte de un modelo que tratan de desarrollar. Son ejemplos muy interesantes de ese modelo el impulsado por Koldo Saratxaga en Irizar, también ULMA, Maier y la propia Universidad de Mondragón, así como consultores como Alfonso Vazquez.
Tendremos tiempo de analizar algunas de las características innovadoras de ese Modelo de Gestión, que tampoco ha resuelto el papel que deben jugar las organizaciones sindicales para implicarse en poner a los trabajadores / personas en el centro de la organización, pero sí referirse a aquello que dan por obvio, la necesidad de cooperar para poder competir en el mercado global actual.
La cooperación, precisamente por la reducida dimensión de la empresa valenciana, es una de las recurrentes carencias de nuestro modelo empresarial. Nuestras sectores atraviesan por grandes dificultades, incluso uno tan potente e internacionalizado como el cerámico (vende más del 60% de la producción en el exterior) atraviesa por dificultades importantes, a veces por falta de dimensión (siendo el que tiene las empresas más grandes).
Por ello, me gustaría, ahora que se habla tanto de cambiar de Modelo, insistir en dos cuestiones. Por un lado, quizá es el momento de tomar alguna iniciativa como la de Woka Euskadi, aunque sólo sea para motivar y facilitar la implicación del mundo empresarial y social. Sin información no hay participación y sin ésta es imposible buscar colaboración.
Por otro lado, insistir en potenciar la cultura de la cooperación tanto intra como inter – empresarial. La primera empezando por avanzar en el diálogo social para a continuación trasladar esa cooperación a las estructuras organizativas. La segunda para desarrollar una visión estratégica internacional.
Ah! ¿Por donde empezamos? Quizá haciendo que la cooperación sea un criterio importante para acceder a recursos financieros externos (préstamos, ayudas, subvenciones, etc.) tanto para las empresas como para las organizaciones.
Aunque creo que esa solución ya se está produciendo, cuando se observan procesos de concentración empresarial. Sin embargo, esa estrategia es insuficiente: por un lado, no hay recursos suficientes y, la más importante, no genera cultura de encuentro, de lo diferente y de aprendizaje de la cooperación, tan necesaria para conseguir flexibilidad organizativa en la gestión.
En definitiva, Desde la Frontera una de las soluciones es desarrollar actitudes fronterizas para cambiar el modelo de gestión e introducir flexibilidad.
Como hace ya algún tiempo explicó y reflexionó el admirado José Luis Sampedro existen miles de fronteras (geográficas, históricas, sociales, psicológicas, económicas, físicas, etc.), él mismo se define como un hombre fronterizo y es recomendable leer FRONTERAS, su discurso de entrada en la Academia de la Lengua para entender la dimensión de lo fronterizo.
La frontera es el punto de encuentro, de contacto, de fricción y por ello de aprendizaje y cambio. Las empresas y organizaciones que buscan soluciones diferentes tienen que ser organizaciones fronterizas, innovadoras que arriesgan y consideran los problemas como indicadores de los cambios que se deben acometer.
En época de crisis profunda como la actual, el sistema en si mismo es una frontera. Las oportunidades se encuentran en esa frontera, entendida como lugar de la periferia en contraposición al centro.
Quizá en el contexto de esta crisis, los tradicionales agentes sociales, deben dar un paso al frente, buscando nuevas soluciones y arriesgando por cambiar para ganar credibilidad. ¿No están cambiando los principales actores antagonistas? ¿Quien son los ganadores de esta crisis? ¿Son las grandes corporaciones financieras, energéticas, de comunicación y comerciales o son las pymes y los trabajadores que trabajan en esas pymes?
¿Por qué en el actual entorno económico se sigue poniendo el foco de las negociaciones en la limitada “batallita salarial” y no en crear contextos de cooperación que permitan aprender y aprender a cambiar las estructuras organizativas y el modelo de gestión? No todo es I+D+i y tecnología.
Este BLOG quiere inspirarse en el concepto de lo fronterizo para animar a construir puentes en el mundo de las organizaciones, tanto a nivel interno (Propietarios/Directivos y Trabajadores/Sindicatos) como externo (cooperación entre empresas) y hacerlo en el entorno actual dominado por el mercado global e internacional.