Me pareció interesante leer “El declive de la Comunidad Valenciana” de Jordi Palafox donde citaba el estudio “El comportamiento reciente del sector exportador de la CV”. Según el estudio, el menor tamaño medio de las empresas valencianas es la principal causa de una menor productividad y como consecuencia de una pérdida de peso de las exportaciones valencianas. Pero al mismo tiempo me llamó la atención que, en plena revolución tecnológica disruptiva, esta no se tenga en cuenta e incluso se ignore para explorar actuaciones de futuro.
No se trata de hacer ciencia ficción desde el departamento de Estructura Económica de la UV, pero sí de asomarse a la 4ª revolución industrial impulsada por las tecnologías digitales (IoT, Big Data, Inteligencia Artificial, Machine Learning, 3D, Realidad Aumentada, Blockchain) y las plataformas tecnológicas colaborativas y, en que medida estas innovaciones organizativas y comerciales pueden influir en la gestión de la cadena de valor, al margen de las multinacionales.
Es evidente, que ganar tamaño empresarial es uno de los retos de la empresa valenciana, lo cual no es nada nuevo ni tampoco único. Quizá lo que sí es nuevo, es que el crecimiento, se puede hacer ahora de forma diferente y no tiene por qué hacerse de una forma tradicional es decir, creciendo verticalmente. Por el contrario, la disminución de los costes de transacción y comunicación junto con la personalización de proyectos integrales y el cambio de las culturas de pertenencia (sociedad líquida de Bauman), puede representar una oportunidad para explorar alternativas innovadoras para ganar tamaño creciendo horizontalmente de forma colaborativa.
De hecho, en este nuevo entorno competitivo necesitamos una empresa abierta a desaprender los viejos conceptos de competencia individual, pues las tecnologías digitales obligan a concebir la empresa como un ecosistema en el que clientes, trabajadores, proveedores e incluso competidores, colaboran en la cocreación de productos y servicios para ser más competitivos.
El estudio explica con datos muy exhaustivos y con abundantes gráficos, la negativa evolución de las cuotas de exportación valencianas que achaca a la pérdida de productividad. Los datos revelan que, de media, el sector industrial valenciano tiene una productividad de un 14% inferior al del conjunto de España, diferencial que se amplía si se compara con País Vasco, Cataluña o la Comunidad de Madrid y por supuesto, con Europa.
También destaca que, ese menor tamaño de la empresa valenciana aparte de lastrar la productividad, también representa un obstáculo al aprovechamiento de las economías de escala, no sólo en el ámbito de la producción sino también en el de la gestión, diversificación, innovación, posibilidad de acceso a los nuevos mercados, etc.
Ante esto la solución que se propone es: incrementar la productividad aumentando el tamaño de las empresas y apoyar los sectores con mejor comportamiento. Estando de acuerdo con ello hasta ahora, es insuficiente pues eso no añade ninguna novedad a una estrategia que tampoco ha dado muchos resultados y, sobre todo nada se dice de otras posibles alternativas relacionadas con la revolución tecnológica comentada.
Precisamente, con el objetivo de explorar esos modelos emergentes que resaltan las diferencias empresariales individuales para
ponerlas al servicio de los intereses del ecosistema y, por lo tanto, de la propia empresa, se ha empezado a trabajar en la Comunidad Valenciana “Jointness Business”.
ponerlas al servicio de los intereses del ecosistema y, por lo tanto, de la propia empresa, se ha empezado a trabajar en la Comunidad Valenciana “Jointness Business”.
El planteamiento es tratar juntos, de entender ese nuevo entorno competitivo, dominado por la transformación digital y la lógica de los nuevos Modelos de Negocio y, ayudar a las Pymes a coorganizar un ECOSISTEMA para Hábitat y Edificación donde compartir experiencias, ideas, problemas y soluciones y, en definitiva, recursos e intereses comunes para ser más competitivos.
En definitiva, ser más competitivo tiene que ver con la productividad pero, no sólo con el tamaño, también con desaprender y aprender cooperando para innovar, es decir, con “cooperar más para competir mejor” en virtud de las diferencias empresariales individuales y no de la homogenización.