La conexión con el futuro pasa por la innovación que todas las empresas deben perseguir para tener presente. En estos momentos hay dos temas transversales que van a marcar el comportamiento del consumidor y del mercado: la Transformación Digital (Digitalización + Cambio de Cultura) y la Economía Circular. Ambos están presentes, de una manera u otra, en los proyectos que se presentan al programa SME Instrument de la UE, tan interesante y tantas veces recomendado a las Pymes, como una forma de retar al equipo para explorar oportunidades y obtener recompensa a corto plazo.
La Economía Circular, ligada como hemos comentado a la innovación, no puede ser eficaz para solucionar los problemas de la gente si no no va acompañada de la Digitalización. Como dice X. Marcet “la innovación es traer el futuro a la agenda del presente” y uno de los conectores importantes va a ser la Economía Circular, alineada con la mentalidad del consumidor “millennial”, cada vez más influyente en el comportamiento del consumo. El nuevo consumidor son activistas comunitarios, gente conectada y digitalizada que le gusta experimentar nuevas cosas y compartirlas, que les va a encantar no desperdiciar alimentos, no contaminar y, por lo tanto, apuestan por preservar la naturaleza de forma cotidiana.
La diferencia más notable con el modelo de Economía Lineal, donde estamos, es que ésta repite el esquema: extracción – producción – consumo – desecho. Un sistema donde el ciclo de vida de un producto concluye al mismo tiempo en que es consumido, volviéndose un desecho (cradle to grave), mientras que en el modelo de Economía Circular las actividades, desde la extracción y la producción, están organizadas de manera que los desechos de unos se vuelvan los recursos para otros (cradle to cradle), por lo tanto se considera como una economía de recuperación y reutilización ya que transforma tanto las cadenas de valor como los hábitos de consumo
La relevancia de la economía circular para la industria europea se ha puesto de manifiesto en la Estrategia renovada de política industrial de la UE. En el plan de acción para la economía circular, que explica Luis Planas en el vídeo, nos comenta que la circularidad ha empezada a abrirse paso en la economía lineal; el desafío al que nos enfrentamos ahora es consolidar la economía circular y dotarla de escalabilidad.
Desde los años 70 el mundo está en déficit ecológico. En las décadas posteriores, según las estimaciones de Global Footprint Network, el consumo de recursos naturales ha ido creciendo hasta el punto de que, en 2018, hemos extraído de la tierra lo que necesita 1,7 años para regenerarse.
La situación actual empieza a ser insostenible tanto desde el punto de vista ambiental como económico. Las consideraciones geopolíticas empeoran las cosas, incluso si se trata de materiales relativamente abundantes. Por ejemplo, los elementos de tierras raras que se utilizan en las máquinas de rayos-X, los teléfonos móviles, los discos duros de los ordenadores o en los motores de los aviones se extraen predominantemente de China, que también produce la mayoría de las 27 materias primas identificadas por la UE como críticas por lo que las actuales tensiones comerciales entre Estados Unidos y China podrían tener un efecto importante en las cadenas de suministro globales.
Nos hemos acostumbrado a un modelo que extrae recursos naturales para fabricar productos de corta duración que, una vez obsoletos, son arrojados a los vertedores sin importar que lleven componentes que podrían volver a ser utilizados. Frente a este modelo económico lineal, la solución es el modelo circular, donde se alarga la vida útil de los productos gracias a un diseño o reparación mejorados y donde, en la medida de lo posible, los insumos proceden de materiales reciclados, no de nuevos recursos.
Según Andrew Morlet, director ejecutivo de la Fundación Ellen MacArthur, los modelos de economía circular no solo son factibles sino que su adopción llevaría a conseguir ganancias palpables. No se trata únicamente de reducir el daño de la economía lineal sino de crear valor de una manera diferente consiguiendo beneficios ambientales y sociales, entre otros. Sin embargo, no son pocos los obstáculos que hay que sortear: dificultades técnicas, incentivos económicos, incertidumbre de nuevos mercados y modelos de negocio. Sin embargo, como dice la UE la economía circular ha empezado a abrirse paso.
En definitiva, los partidarios de la economía circular creen que es la única opción para el futuro. Los recursos naturales se están agotando, por lo que también es una decisión empresarial sensata. Pero no todos perciben el riesgo como urgente. Lo que todavía se necesita es una explicación generalizada de cómo pasar a una economía circular podría reducir muchos de los problemas de sostenibilidad del mundo, y cuán insostenible sería la decisión de continuar con un modelo lineal como el actual